lunes, 27 de mayo de 2013

La Comunidad - Una Crítica


La película de Alex de la Iglesia ofrece una hora y media desenfadada, pero con un mensaje subyacente sobre la corrupción de la avaricia. Esta comedia de humor negro trata sobre Julia García, una vendedora de pisos para una agencia que Julia la odia. Está casada con Ricardo quien está siempre sin empleo y se queja interminablemente, y generalmente Julia está descontenta. Sin embargo, su suerte cambia cuando un día ella descubre una fortuna cuando ella intenta vender un piso, pero el resto de los ocupantes de la casa saben que ella tiene el dinero, y así procede la película cuando Julia intenta escaparse con el dinero.
Con esta película Iglesia tomó influencia de otros géneros de películas, como suspenso, pero la influencia de terror en la película es clara, con el equilibrio continuo entre escenas iluminadas y saturadas con música calma o en clave mayor, y escenas oscuras con música disonante, frenética, agresiva y casi violenta. Sin embargo, una cosa interesante que hace Iglesia es mezclar estos dos aspectos, como una escena iluminada con música tensa para dar un contrapunto inquietante.
Durante estas escenas contrastadas Iglesia nos da una historia didáctica sobre los peligros de la avaricia, y como puede corromper una persona. Tenemos aquí la protagonista Julia, una inocente, que entra en una casa corrompida por envidia de la riqueza del anciano muerto. Principalmente tenemos más escenas iluminadas y acogedoras, y la ropa rosa de Julia simboliza su pureza. Sin embargo, por su contacto continuo con los habitantes del edificio y el dinero, vemos un nuevo aspecto codicioso de Julia, cuando esconde el dinero de otros. Al final el dinero al centro de la historia empuja a todos casi a locura con una carrera por las azoteas de Madrid. Además, alguno tiempo después del escape vemos a Julia otra vez, pero ahora está vestida de ropa negra y roja, lo que nos demuestra que aunque Julia se escapó su libertad ha venido a costa de la pureza moral.
Esta película nos da una historia interesante mezclada con un sentido de humor que no es típico, pero también hay un nivel más hondo si quieres buscarlo.
7/10

Barcelona en 24 horas

Barcelona es una ciudad que ofrece más de lo que se puede hacer en un sólo día, pero si quiere hacer el más posible con poco tiempo este es un itinerario llenísimo para el viajero con tiempo limitado.
Lo que es absolutamente imprescindible es que empieza a la cima de Montjüic por el Castillo. Si se levanta temprano puede mirar la salida del sol por la ciudad por una vista inolvidable. De allí el primer lugar que hay que ver es la Boqueria, y los puestos de comida local deliciosa. Después es un viaje breve en metro al Parc Güell, lo que es de visita obligada, especialmente durante los meses del verano. Pasee un rato por las fascinantes esculturas y los caminos, antes de volver al centro. Pero no se puede perder la oportunidad de andar por las calles de Gràcia y por el exterior de la Sagrada Familia, lo que hay que ver para entender totalmente la maravilla de la arquitectura. Si tuviera más tiempo entrar sería lo más importante del itinerario.

Continúe desde la Sagrada Familia en metro hasta la parada del Arc de Triomf. Ahora al mediodía si hace buen tiempo se debe explorar el área del Passeig de Lluis Companys, el parque Ciutadella y El Born. En particular no se puede ignorar las calles del Born, y si tiene tiempo debe probar alguna de la amplia variedad de restaurantes, bares y cafés del Passeig de Born y Carrer del Rec. Luego, una visita al Museo Picasso en el mismo barrio es esencial para ver la obra de uno de los artistas más famosos de Barcelona. Cuando haya terminado el museo explore las calles angostas y callejones serpenteantes del Barrio Gótico. Si los pies empiezan a agotarse y tiene que tomar una copa o un café, el café Schilling en Carrer Ferran es la única opción en el barrio, con su estilo opulento sino clásico. No puede visitar Barcelona sin entrar por lo menos uno de los edificios de Gaudí, así cruce La Rambla y se dirija hacia el Palau Güell, con sus muebles diseñados por el arquitecto para emparejar la estructura.

Después del Palau es probable que tenga hambre pronto, así pase por La Rambla hacia Gràcia, donde existe un montón de variedad de restaurantes fantásticos para todos los presupuestos. Este barrio también tiene muchos bares populares con el gentío joven, pero si todavía quiere explorar la ciudad es imprescindible que vuelva al Raval al Bar Marsella. Este bar tiene siglos de historia, y se reclama que es el bar donde muchos escritores famosos como Ernest Hemingway bebían en su época. De aquí no hay nada más esencial para hacer, pero si tiene sólo un día en la ciudad no se puede perder la oportunidad para salir y explorar tanta vida nocturna, en cualquier lugar que se ubique: el Gótico por Plaza Real, en Gràcia, en los bares ruidosos de Universitat, y aún en los clubes de Razzmatazz, Apolo, y por la playa tal como Catwalk o Opium. Y si todavía está despierto por la mañana después, puede mirar la salida del sol en la playa.

lunes, 13 de mayo de 2013

En mi país estas cosas no pasan

Yo de lo que estoy harto es de mi vecino abajo de mi piso. Todos los compañeros en mi piso estamos hasta la coronilla; nos irritamos por su hábito de cantar en voz alta a las ocho de la mañana, y por su perro grande y su pájaro. Es anciano y vive solo, así habla todo el tiempo con sus animales, que ladran y gritan, y el ruido me saca de mis casillas. Pienso que el perro no es educado, y a veces el hedor me hace sentir tan malo. Puedo olerlo en mi cocina cuando estoy cocinando, es asquerosísimo. Normalmente a mí me gustan mucho los animales pero no puedo aguantar este perro. También en las raras ocasiones cuando el anciano se va el perro ladra, lo que hace al pájaro gritar también, son tan fastidiosos.
Si vive solo y la hace falta compañía vale, eso no es el problema. Para mí es que él no puede cuidar su animal. Lo he visto; es un perro grande como un golden retriever o algo similar, y es demasiado grande para el piso y él no puede sacarlo a pasear, y por tanto ladra constantemente. Por lo menos para el perro deseo que no tiene un perro tan grande porque no es justo para el animal y también para nosotros que estamos que trina todo el tiempo a causa de un perro infeliz. Por si no fuera bastante, entiendo que él es viejo y que vive solo, pero no son razones de ser inconsiderado, y de hecho, mal educado. Mi compañero ha intentado a hablar con él de las quejas cuando se acaba pero cada vez el anciano le ignora. Estamos harto, ¡ya está bien!

lunes, 6 de mayo de 2013

El Bar Local de Barcelona

Durante mi estancia en Barcelona he conocido muchos bares, a decir la verdad quizás demasiados. Sin embargo, siempre hubo uno a lo que donde regreso cada vez: El Rabipelao, un bar Venezolano ubicado en Carrer de la Mercè que una vez un amigo me dijo vende el mejor mojito de Barcelona, y le creo. Ocultado detrás de una fachada modesta se descubre un ambiente acogedor y bohemio, alimentado por cócteles baratos y fabricados con una competencia experta.

Una televisión muestra videos flipantes de bailes antiguos para acompañar música salsa que tira a los pies a bailar, mientras las caras de los discos viejos en la pared firmados por personas famosas, como Julio Iglesias, recuerdan de la edad de su casa con historia.
Desde que vine aquí la primera vez mi bebida siempre fue el mojito agridulce,  realmente se puede elegir de una lista de nueve o diez tipos de ron para todos gustos. Sin embargo, si uno busca algo diferente la impresionante carta de más de cincuenta cócteles y chupitos satisfacerá.
Para encontrar un trozo de la tremenda vida nocturna de Barcelona afuera de los agujeros turísticos, los súper-clubes, y las putas y carteristas de La Rambla, no puede perderse El Rabipelao, donde se promete una cálida bienvenida y una fuerte bebida.